lunes, 18 de mayo de 2009

¡Cuidado con ponerse en el lugar del otro,  puede ser un imbécil!

4 comentarios:

  1. La empatía es en realidad utópica.
    Puedo intentar ponerme en la piel del otro, pero las conclusiones que extraiga siempre tendrán que ver conmigo, con mi cultura, con mi percepción y con mi particular visión.

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  2. Siempre es complicado ponerse en la piel del otro y en según que situaciones diría que hasta poco recomendable, pero sin ciertas dosis de empatía la vida en sociedad sería prácticamente imposible. Pienso que una ética universal basada en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que estuviese por encima de los presupuestos nacionalistas, religiosos y culturales haría de este mundo un lugar bastante más habitable.

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  3. Para que la convivencia social sea fluida se necesita más bien del respeto y, en situaciones de conflicto, de la aproximación sincera de las partes.
    En acontecimientos dramáticos podemos tratar de entender el dolor, la desesperación y la angustia de otros pero difícilmente conseguiremos aproximarnos a su dimensión real si no la hemos vivido previamente.
    Podemos conmovernos por las víctimas, condenar a los ejecutores, sufrir con el dolor ajeno, lamentar la desgracia y hasta llorar la pérdida de la felicidad de otros pero en realidad jamás, por mucho que nos esforcemos, podremos vislumbrar el alcance de su desdicha. Por eso escribí que la empatía es utópica.
    Vivimos de experiencias y referencias y éstas últimas con frecuencia nos devuelven un reflejo poco nitido.

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  4. En cierta forma la empatía lleva implícito el respeto al otro, al diferente.
    Es evidente que una empatía total entraría en el terreno de las utopías, pero también es cierto que este tipo de pensamiento nos llevaría a plantearnos objetivos, quizás, algo más altruistas.

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