Los mansos aspiran a una vida impecablemente lineal, sin riesgos ni sorpresas, todo certeza; fácil de manejar. Nunca se equivocan porque nunca se pronuncian, y evitan cualquier razonamiento que pudiera poner en peligro ese mundo perfectamente ordenado. Sin embargo, se niegan algo esencial; la oportunidad de reflexionar, de manifestar, de decidir y finalmente luchar; aún a riesgo de perder. Pues el verdadero fracaso no consiste en errar sino en eludir la posibilidad del acierto.
Hola, Fernando, si me mandas tu email a mi blog, no publicaré el comentario y así podré darte mi dirección o podemos si quieres tomar un café. Yo estaré fuera, en Madrid el 29, 30 y 31 de mayo, pero fuera de eso estaré por Bcn y el 25 doy una conferencia en Acec.
Los mansos aspiran a una vida impecablemente lineal, sin riesgos ni sorpresas, todo certeza; fácil de manejar.
ResponderEliminarNunca se equivocan porque nunca se pronuncian, y evitan cualquier razonamiento que pudiera poner en peligro ese mundo perfectamente ordenado.
Sin embargo, se niegan algo esencial; la oportunidad de reflexionar, de manifestar, de decidir y finalmente luchar; aún a riesgo de perder.
Pues el verdadero fracaso no consiste en errar sino en eludir la posibilidad del acierto.
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ResponderEliminarYo estaré fuera, en Madrid el 29, 30 y 31 de mayo, pero fuera de eso estaré por Bcn y el 25 doy una conferencia en Acec.