Si tuvieramos la facultad de descolgarnos la cabeza a voluntad, quizas nos dieramos cuenta de que es posible la reflexión desde una perspectiva que ni tan siquiera intuimos.
Así pues, para mentes cerradas propongo la siguiente receta:
-Sientese cómodamente. -Coja vd. su cabeza con ambas manos. -Desenrósquela en el sentido contrario a las agujas del reloj. -Colóquela sobre su regazo y sosténgala abrazada a vd. -Trate de reflexionar desde esta perspectiva. -¿Se ha dado cuenta de que existen otros puntos de vista que antes no percibió?. -Practique esta disciplina a diario, tal vez con el tiempo se convierta en alguien con quien resulte interesante conversar.
Si tuvieramos la facultad de descolgarnos la cabeza a voluntad, quizas nos dieramos cuenta de que es posible la reflexión desde una perspectiva que ni tan siquiera intuimos.
ResponderEliminarAsí pues, para mentes cerradas propongo la siguiente receta:
-Sientese cómodamente.
-Coja vd. su cabeza con ambas manos.
-Desenrósquela en el sentido contrario a las agujas del reloj.
-Colóquela sobre su regazo y sosténgala abrazada a vd.
-Trate de reflexionar desde esta perspectiva.
-¿Se ha dado cuenta de que existen otros puntos de vista que antes no percibió?.
-Practique esta disciplina a diario, tal vez con el tiempo se convierta en alguien con quien resulte interesante conversar.