sábado, 6 de junio de 2009

1 comentario:

  1. Si tuvieramos la facultad de descolgarnos la cabeza a voluntad, quizas nos dieramos cuenta de que es posible la reflexión desde una perspectiva que ni tan siquiera intuimos.

    Así pues, para mentes cerradas propongo la siguiente receta:

    -Sientese cómodamente.
    -Coja vd. su cabeza con ambas manos.
    -Desenrósquela en el sentido contrario a las agujas del reloj.
    -Colóquela sobre su regazo y sosténgala abrazada a vd.
    -Trate de reflexionar desde esta perspectiva.
    -¿Se ha dado cuenta de que existen otros puntos de vista que antes no percibió?.
    -Practique esta disciplina a diario, tal vez con el tiempo se convierta en alguien con quien resulte interesante conversar.

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